domingo, 2 de febrero de 2020

EVOLUCIÓN DE LA INGENIERÍA




EVOLUCIÓN DE LA INGENIERÍA 


La Ingeniería apareció con el primer ser humano. Se puede hablar de Ingeniería desde el primer momento en que se dio forma a una piedra para convertirla en una herramienta o cuando los primeros humanos usaron la energía de forma consciente al encender una hoguera. Desde entonces, el desarrollo de la Ingeniería ha ido parejo con el de la Humanidad.  Se podría decir que la ingeniería comenzó cuando los humanos empezaron a ingeniarse artículos para su vida cotidiana. Los primeros hombres utilizaron algunos principios de la ingeniería para conseguir sus alimentos, pieles y construir armas de defensa como hachas, puntas de lanzas, martillos etc. El desarrollo de la ingeniería comenzó con la revolución agrícola (año8000 a. C.) cuando las tribus dejaron de ser nómadas para cultivar sus productos y criar animales comestibles. Hacia el año4000 a. C., con los asentamientos alrededor de los ríos Nilo, Éufrates e Indo, se inició la civilización con escritura y gobierno.
Hasta épocas relativamente recientes, bajo el término arquitecto se englobaba a la persona que dominaba los conocimientos arquitectónicos, estructurales, geológicos, hidráulicosnecesarios para la construcción de las obras civiles, militares y máquinas de las distintas épocas. Comulga con esta visión los 10 libros de Marco Vitrubio (siglo I a. C.) “De Architectura”, en los que se tratan temas hoy día asociados a la moderna arquitectura, la ingeniería civil, militar y mecánica. Es tras el Renacimiento cuando el desarrollo del conocimiento y las nuevas demandas sociales obligan a la especialización de las ramas.
Fue la necesidad quien hizo a los primeros ingenieros civiles de la historia. En España está considerado como el primer ingeniero civil Santo Domingo de la Calzada, el santo que construyó parte del Camino de Santiago, principalmente los puentes.
Los orígenes de muchas de las técnicas y herramientas de uso común en nuestros días se pierden en la antigüedad. Quizás el ejemplo más evidente sea el hecho de que casi todos los métodos modernos de generación de energía estén basados en el fuego, del que nadie sabe cuándo se consiguió por vez primera, pero es evidente que requirió una capacidad intelectual importante. Se pueden citar otros ejemplos de elementos esenciales para el desarrollo actual de la tecnología, tales como la rueda, la palanca, la polea y los métodos para la fundición de metales, que se han venido usando durante miles de años y a los que no es posible poner fecha.
El trabajo de la piedra conoció un alto grado de desarrollo en la Antigüedad, como lo demuestran las gigantescas estructuras de Mesopotamia, Egipto y América Central que todavía existen hoy. Así, por ejemplo, la más grande de las pirámides, la Gran Pirámide de Cheops, tenía originalmente una altura similar a la de un edificio de 48 pisos y su construcción se puede fijar entre 4.235 y 2.450 a.C. Se trata de un monumento a las capacidades de los hombres que ha resistido el paso de 6.000 años.
Hubo otros logros en la Antigüedad, quizás no tan espectaculares como las pirámides pero con un mayor impacto en el desarrollo de la Humanidad, como la construcción de canales y acueductos, que hicieron posible la aparición de ciudades y la expansión de la agricultura. Mucho antes del 3.000 a.C., los Sumerios habían drenado las marismas del Golfo Pérsico y construido canales para irrigación. Del mismo modo, la sustitución de la energía humana por otros tipos de energía, o el desarrollo de estas nuevas fuentes han supuesto igualmente hitos fundamentales en el desarrollo de la técnica. El uso de bueyes y, posteriormente con la aparición del arado, de caballos (más rápidos y eficientes que los bueyes), permitió al hombre disponer de nuevas fuentes motrices. En este sentido, el salto más importante se dio al reemplazar la energía animal por la mecánica, dando inicio al periodo que se conoce como Revolución Industrial.
Mención especial merecen los desarrollos alcanzados en la Antigua China. Uno de ellos ya ha sido citado, el arado, pero fueron muchos y de gran importancia los desarrollos importados por Occidente, como por ejemplo, el papel (piénsese que el grado de desarrollo de una sociedad se mide por la cantidad de papel consumido), el cigüeñal, que permite convertir movimientos lineales en rotatorios y viceversa, o la pólvora. También en Occidente se realizaron aportaciones de vital interés. Los Romanos inventaron la argamasa y extendieron un elemento cuya capacidad proporcionaba desconocidas posibilidades: el arco. Sin embargo, sus inventores, los etruscos, hicieron poco uso de él. El arco permitió construir las espectaculares catedrales góticas europeas, mucho antes del desarrollo de cualquier teoría de las estructuras.



 
Si nos remontamos  al siglo XVIII vemos los inicios enfocados en ingeniería militar, ocupada en lo referido a fortificaciones, armamento, transporte, comunicaciones y logística castrense. Quienes integraban el cuerpo de ingenieros venían por origen familiar de sectores de élite en España y en sus colonias, siendo ese origen decisivo para su ingreso y ascenso exitoso dentro de esta rama militar, que sólo recibía a privilegiados y les otorgaba más privilegios. En cuanto a formación profesional, apenas fue accesible para muy pocos nacidos en territorio venezolano, pues de no ir a adquirirla en la península ibérica o a plazas militares importantes en América como México o La Habana, dependía de que alguno de los escasos ingenieros hispanos destinados en estas tierras organizase con la venia real una “Academia”, nombre dado a un curso en el cual ese único ingeniero-docente instruía a pequeños grupos de aprendices, normalmente con recursos inciertos, duración irregular y afrontando distintos escollos. Tales fueron las “Academias” que existieron en Caracas a cargo de Nicolás de Castro (1760-1768), en La Guaira con Manuel Centurión (1761), en Cumaná con Juan Pires (1808-1810), y en Caracas con José Mires (1808-1810). Es inevitable recordar que en las dos últimas fue cursante el adolescente Antonio José de Sucre (nacido en 1795), a quien tras algunos meses de instrucción en ambos lugares encontraremos como flamante Subteniente de Ingenieros en Margarita a comienzos de 1811.



La situación abierta tras la muerte de Gómez se manifiesta en lo referido a la enseñanza de la ingeniería, haciendo más claro y decidido el estímulo al cambio y modernización. En 1936 la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas de la ULA es elevada a Facultad, teniendo sus primeros egresados al año siguiente; en 1937 se inician los estudios de ingeniería agronómica en el país con la apertura de la Escuela Superior de Agricultura y Zootecnia (ESAZ) dependiente del MAC, organismo que el año anterior había becado al exterior a 19 estudiantes del ramo; esta Escuela pasará a la UCV en 1946, originando la actual Facultad de Agronomía. En 1938 nace el Instituto de Geología, adscrito a los Ministerios de Fomento y de Educación, destinado a formar geólogos y que se integra a la UCV dos años más tarde, con su primera promoción en 1942. El proceso modernizador cuenta con sanción e impulso jurídico gracias a la Ley de Educación promulgada en 1940, y encontraremos que entre 1936 y 1940 hay 150 nuevos ingenieros graduados en el país, incluyendo a las primeras promociones de la Universidad de los Andes.